Tres fueron las características que convirtieron a este Husky Siberiano en uno de los héroes caninos más recordados: la fidelidad, la resistencia y la inteligencia.
Todo ocurrió en Nome, una ciudad de Alaska (EE.UU.). Corría el año 1925 cuando se desató una terrible epidemia de difteria, una enfermedad infecciosa que afectó sobre todo a los niños pequeños. Esta enfermedad tenía cura, pero esta no se encontraba en la ciudad, la más cercana estaba en la capital de Alaska, en Anchorage, a ni más ni menos que 1.600 kilómetros.
Debido al temporal de aquellos días, no se podía trasladar el medicamento necesario ni por barco ni por avión. La única opción que quedaba era llevarla en tren hasta el pueblo de Nenana, que estaba a 1.000 kilómetros de Nome, e ir hasta allí en trineos tirados por perros a buscar la medicación.
Participaron más de 20 grupos de perros guiados en la larga travesía, mediante un grupo de relevos. Todos ellos, soportaron todas y cada una de las inclemencias del tiempo, como verdaderos héroes, con temperaturas que alcanzaron los 400ºC bajo cero. Pero nada fue en vano, pues lo consiguieron.
Tan solo 5 días después, apareció en la ciudad de Nome el último grupo de perros liderado por Balto, quien se convirtió en leyenda gracias a su hazaña heroica y a la de sus compañeros.
En la ciudad de Nueva York levantaron una estatua en su honor y el mismísimo Steven Spielberg creó una película de dibujos animados basada en la historia de este perro.
Un grupo de Huskies fue capaz de salvar la vida a una multitud de niños de una ciudad, muchos de ellos dando su vida o parte de ella, como fue el caso de Togo, otro de los muchos héroes caninos, que quedó inválido.
Es el turno de la historia de Chonino, uno de los héroes caninos que no tuvo un final feliz. Fue un Pastor Alemán perteneciente a la policía federal de Argentina que tuvo un trágico final.
Chonino había sido entrenado como perro de seguridad y solía acompañar a los suboficiales de policía en sus tareas. Una noche en la que realizaban una guardia dos suboficiales junto a Chonino y otro perro, observaron a dos personas sospechosas y los policías no dudaron en pedirles la documentación. Ahí comenzó todo. Los dos sospechosos se negaron a entregar su documentación y empezó un tiroteo en el que nadie salió ileso.
Chonino se abalanzó contra uno de los asaltantes que había disparado a su dueño, mordiéndole uno de sus bolsillos, mientras el otro disparaba causando la muerte del perro.
Gracias al bolsillo que Chonino consiguió desgarrar a uno de los asaltantes, la policía consiguió identificar y arrestar 5 días más tarde a los delincuentes.
Argentina celebra el día del perro cada 2 de junio, en honor a Chonino, el heroico Pastor Alemán.
Stubby fue un Boston Bull Terrier que nació en Connecticut, EE.UU. Un día, el perro estaba merodeando por el campus de la universidad de Yale, cuando los miembros de la infantería que entrenaban allí, lo encontraron y se encariñaron tanto con él que se lo quedaron.
Uno de los soldados se hizo cargo de Stubby, llevándolo consigo a todas partes aun sabiendo que no estaban permitidas las mascotas.
Una vez descubierto, Stubby se ganó a los mandos militares y entró en combate, permaneciendo un total de 18 meses en el frente.
Debido a su participación, en un total de 4 ofensivas y 17 batallas, Stubby fue herido, pero se recuperó y al poco tiempo volvió al frente. Era capaz de detectar los ataques con gases, alertaba a sus compañeros, salvándoles así la vida a muchos de ellos.
También se convirtió en un buen rastreador, encontró a varios compañeros aislados en tierra de nadie y a un espía alemán, al que atacó mordiéndole. Esta última acción fue la que le otorgó el ascenso a sargento, con un bonito uniforme en el que colgó sus innumerables medallas.
El sargento Stubby se convirtió en todo un icono de valentía y lealtad.